15 poemas del alma para reflexionar

15 poemas del alma para reflexionar

En unos cuantos versos se puede decir tantas cosas sobre el alma humana, eso lo tenían claro los muchos poetas que escribieron sobre ella.  

Los poemas sobre el alma hablan de esta entidad inmaterial desde diferentes perspectivas como el amor, la reflexión, la vida y la muerte.


Poemas sobre el alma humana

Estos célebres poemas tienen como protagonista al alma y fueron escritos por algunos de los mejores poetas del mundo. 

1

IV – Edith Sodergran

Buscabas una flor
y encontraste un fruto.
Buscabas una fuente
y encontraste un mar.
Buscabas una mujer
y encontraste un alma –
Estás decepcionado.

Poemas del alma

2

XV – Pablo Neruda

(fragmento)

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

3

El Alma Inquieta – Andrés Eloy Blanco

Acércate, ¿la ves? En mis retinas
brilla súbitamente
como la luz que cruza detrás de unas cortinas,
y su revoloteo me ilumina la frente.

Algo le falta o algo tiene demás mi alma;
quizá le faltan frenos; quizá le sobra aliento,
porque nunca está en calma
y para el vuelo es toda pensamiento.

¡Alma mía que vuela con cien alas de rosa,
intacta, sin el vicio del origen humano,
como una mariposa que nació mariposa
sin pasar por gusano!

¿La ves? Porque yo a veces la busco y no la encuentro;
se lanza cielo arriba -trino, espiral, paloma…-
entonces me revuelvo para buscarla dentro
de mí y no está… se ha ido, pero deja el aroma.

¡Yo sé que ella prefiere la quietud de la cumbre:
por vírgenes veredas esparce sus reflejos,
gusta de los parajes donde la podredumbre
del cuerpo no se sienta… donde yo esté más lejos!

A veces de hoja en hoja
salta y agita el ala tenaz como una vela,
y en loco regocijo por la umbría se arroja
como un niño que vaga fugado de la escuela.

Mariposa, turpial, águila, nube…
¡Nube! de esos violentos
jirones que, aunque breves, llenan todo paisaje;
que en la mañana suben con la aurora que sube,
en el día cabalgan sobre todos los vientos
y al ocaso se quedan fijos en un celaje.

Copo errante de nieve,
busca llamas solares para fundir su frío;
hisopo de la altura, cuando llueve,
¿dónde caerá su clara bendición de rocío?,
¿sobre una flor o sobre el lodo?,
¿sobre la paz de un mundo cementerio aldeano?,
quizá vaya a los mares a ser nada en el Todo,
tal vez quede suspensa sin llegar al pantano…

Cuando yo esté expirando
y la vela del alma tiemble a mi cabecera,
mírame bien y cuando
baje la frente y muera,
veloz, antes que el llanto pueda inundar tus ojos,
apaga el cirio, y luego
vuelve tu aliento y vuelve tus antojos
a este montón de carne desnudo, sordo y ciego.

Apaga el cirio, porque volandera
saldrá el alma en un giro raudo hacia la Quimera;
alma que es mariposa querrá lucir sus galas,
y la atracción de lumbre de la cera ¡puede quemar sus alas!…

4

Strip Tease – Blanca Varela

quítate el sombrero
si lo tienes
quítate el pelo
que te abandona
quítate la piel
las tripas los ojos
y ponte un alma
si la encuentras.

5

El Alma Tenías – Pedro Salinas

El alma tenías,
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles…
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entradas tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿Acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas lindes de tu alma.

6

Los Sonetos de la Muerte – Gabriela Mistral

(II)

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir…

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente…
¡y después hablaremos por una eternidad!

7

Ausencia – Jorge Luis Borges

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta el mar al que se hunde.


Más poemas reflexivos

Leer poemas del alma es aprender sobre la condición humana y deleitarse con su belleza.

8

Los Sentidos – Amado Nervo

Niño, vamos a cantar
una bonita canción;
yo te voy a preguntar,
tú me vas a responder:
Los ojos, ¿para qué son?
– Los ojos son para ver.
– ¿Y el tacto? – Para tocar.
– ¿Y el oído? – Para oír.
– ¿y el gusto? – Para gustar.
-¿Y el olfato? – Para oler.
-¿El alma? – Para sentir, para querer y pensar.

9

Alma Desnuda – Alfonsina Storni

SOY un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice el invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
Con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia,
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega,

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

10

Invictus – William Ernest Henley

En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
le doy gracias a los dioses que pudieren existir,
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias,
no he gemido, ni he llorado.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada jamás se ha postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos,
acecha la oscuridad con su horror,
y sin embargo la amenaza de los años me halla,
y me hallará sin temor.

No importa cuán estrecho sea el camino,
ni cuántos castigos lleve a mi espalda,
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.

Poemas sobre el alma

11

Rima XX – Gustavo Adolfo Bécquer

Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos,
también puede besar con la mirada.

12

Canción de Cuna para dormir a un Preso – José Hierro

(fragmento)
No es verdad que te pese el alma.
El alma es aire y humo y seda.
La noche es vasta. Tiene espacios
para volar por donde quieras,
para llegar al alba y ver
las aguas frías que despiertan,
las rocas grises, como el casco
que tú llevabas a la guerra.
La noche es amplia, duerme, amigo
mi amigo, ea…

13

Canción de Amor – Rainer María Rilke

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!

14

Intervención – Gloria Bosch

El amor coge el bisturí
y antes de marcharse
te hace una incisión en el alma.
Es su peculiar manera de decir adiós.

15

Divagaciones – Rubén Darío

Mis ojos espantos han visto;
tal ha sido mi triste suerte;
cual la de mi Señor Jesucristo,
mi alma está triste hasta la muerte.

Hombre malvado y hombre listo
en mi enemigo se convierte;
cual la de mi Señor Jesucristo,
mi alma está triste hasta la muerte.

Desde que soy, desde que existo,
mi pobre alma armonías vierte.
Cual la de mi Señor Jesucristo,
mi alma está triste hasta la muerte.


El misterio del espíritu humano es interesante de investig