

9 Poemas de Odio para descargar tus emociones
En un mundo perfecto tal vez el odio no existiría. Sin embargo, todos lo hemos sentido alguna vez en nuestras vidas. Por eso, en Versos Libres te compartimos una recopilación de los mejores poemas de odio escritos por grandes autores de todas partes el mundo.
En este listado de poemas que hablan del odio, podrás leer lo que Robert Frost pensaba sobre este sentimiento, los deseos de venganza de Louis Alexander Mackay y los sentimientos de rabia, rencor y cólera de Adelardo López de Ayala. Tal vez puedas sentirte identificado con alguno.
Grandes Poemas sobre el Odio
Los siguientes versos de odio muestran la perspectiva de diversos autores famosos sobre este sentimiento y sus consecuencias en las personas y la sociedad.
1
Robert Frost – Fuego y Hielo
Algunos dicen que el mundo acabará en fuego
otros dicen que en hielo.
Por lo que he saboreado del deseo,
estoy de acuerdo con los partidarios del fuego.
Pero si tuviera que perecer dos veces,
creo saber bastante sobre el odio
Para afirmar que para la destrucción el hielo
Es también poderoso.
Y bastaría.
En este poema corto el autor compara el poder destructivo del deseo y el odio. El deseo representado por el fuego y el odio por el hielo. Frost afirma que el odio tiene un poder destructivo enorme.
2
Charles Baudelaire – El Tonel del Odio
El Odio es el tonel de las pálidas Danaides;
La Venganza consternada con brazos rojos y fuertes
se ha complacido en precipitar en sus tinieblas vacías
grandes cubos colmados de sangre y de lágrimas de los muertos,
El Demonio hace hoyos secretos en los abismos,
por donde huirían mil años de sudores y esfuerzos,
aunque ella lograra reanimar sus víctimas, y
para oprimirlas resucitar sus cuerpos.
El Odio es un beodo en el fondo de una taberna,
que siente siempre la sed nace del licor
y multiplicarse como la hidra de Lerna.
-Mas los bebedores felices conocen a su vencedor,
y el Odio es consagrado a la suerte lamentable
de no poder jamás dormirse bajo la mesa
En la mitología griega las danaides fueron acusadas de asesinar a sus esposos por lo que ,como castigo, tuvieron que llenar de agua un tonel o barril sin fondo. Baudelaire compara el odio con este barril.
3
Emily Dickinson – No Tuve Tiempo para Odiar
No tuve tiempo para odiar
Porque la tumba
me lo impediría
Porque no alcanzaría la vida
Para terminar la enemistad
Tampoco tuve tiempo para amar
Aunque algo tiene que hacerse
El pequeño esfuerzo del amor
Pensé, quizás, era demasiado para mí
La poetisa estadunidense expresa una verdad: la vida es muy corta y preciosa para gastarla odiando. Sin embargo, la idea no termina, Dickinson tampoco tiene tiempo para amar, quizá el tiempo de la vida es muy corto para todos.
4
Wislawa Szymborska – El Odio
Miren cuán activo está
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con que facilidad supera los más altos obstáculos.
Con qué velocidad se abalanza y nos rastrea.
No es como otros sentimientos.
Es a la vez el más viejo y el más joven.
Él mismo crea las causas
que le dan la vida
Cuando duerme, no es nunca un sueño eterno.
El insomnio no le quita las fuerzas, se las da.
Todas las religiones sirven,
si lo ponen en la línea de salida
Todas las patrias sirven,
si le ayudan a empezar a correr
Al principio funciona eso de la justicia
Luego ya se mueve solo
El Odio. El Odio.
Su rostro se retuerce en una mueca
de éxtasis erótico…
Ay, esos otros sentimientos, debiluchos y apáticos
¿Desde cuándo la hermandad atrae multitudes?
¿Alguna vez la compasión llegó primero a la meta?
¿Alguna vez la duda ha excitado a las multitudes?
Solo el odio lo puede lograr
Talentoso, diligente, trabajador
¿Hace falta decir cuántas canciones ha compuesto?
¿Cuántas páginas ha añadido a nuestros libros de historia?
¿Cuántas alfombras de gente ha extendido
en innumerables plazas y estadios?
Seamos sinceros:
sabe crear belleza.
El espléndido resplandor de fuego en los cielos de media noche
Magníficas explosiones de bombas en el amanecer rosado
Imposible negar el patetismo de las ruinas
y el humor vulgar
a las columnas vigorosamente erectas entre ellas.
El odio es un maestro del contraste: entre explosiones y el silencio mortal,
entre sangre roja y nieve blanca.
Y ante todo, jamás se cansa
del leitmotiv del verdugo impecable
sobre la víctima manchada
Siempre listo para nuevos desafíos.
Si tiene que esperar, espera.
Dicen que es ciego. ¿ciego?
Tiene el ojo certero del francotirador
y mira confiadamente al futuro
como solo él puede
La poetisa polaca Wislawa nos comparte un poema que más parece un tratado sobre el odio. El odio es viejo y no discrimina a nadie, utiliza a todas las naciones y religiones.
5
Adelardo López de Ayala – Insulto
Yo perdonara la traición artera,
huésped eterno de tu pecho ingrato,
si alguna vez en tu amoroso trato
me hubieses dicho una verdad siquiera
¿Yo perdonarte, infame?… ¡Cuando adquiera
todos los bienes que te di insensato,
el ardor de mi cándido arrebato,
el noble arranque de mi edad primera!
¡Pido al cielo que, en cambio de tu calma,
te dé mi pena, y que tu pecho herido
llore con sangre la perdida palma!…
Mas ¡ay! en vano la venganza pido;
que estos males se sienten en el alma,
¡y tú perversa, nunca la has tenido!
El autor dedica estos versos repletos de odio a una persona que lo traicionó. Su rabia y rencor lo llevan a pensar en vengarse. Este poema corto de odio es ideal para dedicar a esa persona que tanto daño nos hizo.


Otros Poemas de Odio
La poesía puede expresar perfectamente lo que significa el odio hacia una persona. Los siguientes poemas de odio y dolor son un ejemplo de ello.
6
Pablo Neruda – Walking Around
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.
El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Solo quiero un descanso de piedras o de lana,
solo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.
Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo, sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.
No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas moradas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.
No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos,
aterido, muriéndome de pena.
Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.
Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.
Hay pájaros de color azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.
Este poema se titula «Walking Around», lo cual se traduce como «Dando un Paseo». Neruda da un paseo, pero todo lo que ve le disgusta, le sastrería, el cine, la rutina y su propia humanidad. Aquí se expresan un odio y tristeza enormes.
Te recomendamos: Poemas tristes de escritores famosos
7
Amante malhumorado – Louis Alexander Mackay
Desearía que mi lengua fuera un carcaj del tamaño de un barril enorme
Repleto y abarrotado de largos dardos molestos, venenosos y negros.
Te arrojaría más lleno de ellos, y con alegría en la tarea,
que a Sebastián o César, con treinta y tres espadas en su corazón.
Te convertiría en un puercoespín o un alfiletero, digamos;
Los ejes deberán ser tan gruesos que te harán ver como una gallina sin cabeza
Colgado por los talones, con el largo cuello rojo
y desnudo estirándose, curvándose
y goteando
Desde la sucia bola blanda de plumas erizadas.
Deberás tener cerdas como esos cepillos cilíndricos que usan para limpiar
botellas.
Ni siquiera para alcanzar la tierra bondadosa con las plantas de tus pies pinchados
Y me quedaría mirando y te vería retorcerte y retorcerte gorgoteando a través de las
púas en tu acelerador
Como una oruga lanuda clavada en su espalda, ¡Hombre, eso sería dulce!
Este poema es un ejemplo del nivel de odio que uno puede llegar a alcanzar. Con imágenes violentas y perturbadoras el autor canaliza sus deseos más oscuros.
8
Al Rencor – Silvina Ocampo
No vengas, te conjuro, con tus piedras;
con tu vetusto horror con tu consejo;
con tu escudo brillante con tu espejo;
con tu verdor insólito de hiedras.
En aquel árbol la torcaza es mía;
no cubras con tus gritos su canción;
me conmueve, me llega al corazón,
repudia el mármol de tu mano fría.
Te reconozco siempre. No, no vengas.
Prometí no mirar tu aviesa cara
cada vez que lloré sola en tu avara
desolación. Y si de mí te vengas,
qué épica sea al menos tu venganza
y no cobarde, oscura, impenitente,
agazapada en cada sombra ausente,
fingiendo que jamás hiere tu lanza.
Entre rosas, jazmines que envenenas,
¿por qué no te ultimé yo en mi otra vida?
Haz brotar sangre al menos de mi herida,
que estoy cansada de morir apenas.
La gran poeta argentina Silvina Ocampo expresa una desesperanza conmovedora que se relaciona estrechamente con el rencor, como el título sugiere.
9
Charles Baudelaire – Reversibilidad
Ángel lleno de alegría, ¿conoces la angustia,
la vergüenza, los remordimientos, los sollozos, las molestias,
y los vagos terrores de esas horribles noches
que oprimen el corazón como un papel estrujado?
Ángel lleno de bondad, ¿conoces el odio,
los puños crispados, en la sombra y las lágrimas de hiel,
cuando la venganza bate su infernal llamado,
y de nuestras facultades se hace la capitana?
Ángel lleno de bondad ¿conoces el odio?
Ángel lleno de salud, ¿conoces las fiebres,
que a lo largo de los murallones pálidos del hospicio,
como exiliados, se marchan arrastrando los pasos,
buscando el raro sol y moviendo los labios?
Ángel pleno de salud, ¿conoces las fiebres?
Ángel lleno de belleza, ¿conoces las arrugas,
y el miedo de envejecer, y este horrendo tormento
de leer el secreto horror de la abnegación
en los ojos donde largo tiempo bebieron nuestros ojos ávidos?
Ángel lleno de belleza, ¿conoces las arrugas?
Ángel lleno de ventura, de alegría y de luces,
David moribundo habría pedido la salvación
a las emanaciones de tu cuerpo encantado;
Pero, de ti yo no imploro, ángel, más que tus plegarias,
¡Ángel lleno de ventura, de alegría y de luces!
Este escritor es bastante misterioso. ¿Quién es ese ángel del que Baudelaire habla? Puede ser una representación de lo divino, a quien él acusa de no entender las desgracias y el dolor que un ser humano sufre a lo largo de su vida.
Al leer estos poemas de odio escritos por grandes autores podemos liberar esas emociones negativas y sentirnos mejor en el proceso. ¡Esperamos que te hayan gustado!