50 Poemas Cortos de Autores Célebres para Dedicar

50 Poemas Cortos de Autores Célebres para Dedicar

Un buen poema no necesita muchas palabras para conmovernos. De hecho, varios autores importantes han escrito poemas cortos que se han quedado grabados en la mente de personas de diferentes culturas del mundo.

Algunos autores se especializaron en poemas breves como Gustavo Adolfo Bécquer o Alejandra Pizarnik. En esta recopilación hemos elegido algunos poemas de estos y otros autores clásicos, así como de poetas contemporáneos.


Poemas Cortos pero Bonitos

Te compartimos esta lista de poemas cortos, algunos tratan temas del amor, otros de la tristeza, otros son bonitos consejos de vida o de inspiración. Esperamos que te gusten.

poemas cortos

XVIII – Alfonsina Storni

Tú, el que pasas,
tú dijiste: esa no sabe amar,
Eras tú el que no sabías despertar mi amor.
Amo mejor que los que mejor amaron.


Cadenas – Piedad Bonnett

Como un niño obstinado
que persiste en salir del laberinto
deambulas noche a noche por mis sueños.
Con el alma encogida yo te sigo
Sabiendo que más tarde o más temprano
tú encontrarás la puerta y yo el olvido.


Recuérdame – Christina Rossetti

Es mejor el olvido en tu sonrisa
Que la tristeza ahogada en tu recuerdo.


LXVI (Ciento Sonetos de Amor) – Pablo Neruda

No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
 y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.


Justicia – Blanca Varela

vino el pájaro
y devoró al gusano
 vino el hombre
y devoró al pájaro
vino el gusano
y devoró al hombre


Deletreos de Armonía – Antonio Machado 

Deletreos de armonía
que ensaya inexperta mano.
Hastío. Cacofonía
del sempiterno piano
que yo de niño escuchaba
soñando… no sé con qué,
con algo que no llegaba,
todo lo que ya se fue.


Todo es muy simple – Idea Vilariño

Todo es muy simple mucho
más simple y sin embargo
aún así hay momentos
en que es demasiado para mí
en que no entiendo
y no sé si reírme a carcajadas
o si llorar de miedo
o estarme aquí sin llanto
sin risas
en silencio
asumiendo mi vida
mi tránsito
mi tiempo.


Fiesta – Alejandra Pizarnik

He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.

Y he bebido licores furiosos
para transmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos.


Bajo una pequeña estrella –  Wislawa Szymborska 

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.


Ruido – Elvira Sastre

Si te marchas
hazlo con ruido:
rompe las ventanas,
insulta a mis recuerdos,
tira al suelo todos y cada uno
de mis intentos
de alcanzarte,
convierte en grito a los orgasmos,
golpea con rabia el calor
abandonado, la calma fallecida, el amor
que no resiste,
destroza la casa
que no volverá a ser hogar.
Hazlo como quieras,
pero con ruido.
No me dejes a solas con mi silencio.


Ningún Hombre es una Isla – John Donne

Ningún hombre es una isla
por sí mismo.
Cada hombre es una pieza de un continente,
una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra,
toda Europa queda disminuida,
como si fuera un promontorio,
o la casa de uno de tus amigos,
o la tuya propia.
La muerte de cualquiera me afecta,
porque me encuentro unido a toda la humanidad;
por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas;
doblan por ti.


Somos Tan… – Gloria Fuertes

Somos tan… crueles
que prefieres estar unas horas con quien quieres
que toda una vida con quien te quiere,
o al revés-


Epílogo – Eduardo Mitre

El olor que deja
en la piel la ausencia.

El sabor de un nombre
que quema la lengua.

El dolor que queda
en la mujer y el hombre.

Y el tiempo que cuelga
las cuatro estaciones.


Anoche – Idea Vilariño

Anoche entre mis sueños
puñado de cenizas
hice el amor contigo
sereno y exquisito
contigo que hace tanto
hace tanto estás muerto.


Analfabeto – Octavio Paz

Alcé la cara al cielo,
inmensa piedra de gastadas letras:
nada me revelaron las estrellas.


Verano – Cecilia Casanova

Hagamos cuenta
que el invierno
jamás podrá alcanzarnos
Aunque te confieso
que me habría encantado
oír otra lluvia contigo.


Segunda Vez – Cristina Peri Rossi

En el acto ingenuo
de tropezar dos veces
con la misma piedra
algunos perciben tozudez
Yo me limito a comprobar
la persistencia de las piedras
el hecho insólito
de que permanezcan en el mismo lugar
después de haber herido a alguien.


Que el amor no admite cuerdas reflexiones – Rubén Darío

No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.


XXVII – Alberto Szpunberg

No en el papel
escribo tu nombre,
sino en la trama del papel,
 donde aún respira el bosque herido,
el desgarrado tapiz de la memoria.


Eternidad – William Blake

Quien a sí encadenare una alegría
malogrará la vida alada.
Pero quien la alegría besare en su aleteo
vive en el alba de la eternidad.


Para hacer una pradera – Emily Dickinson

Para hacer una pradera se necesita un trébol y una abeja,
un trébol y una abeja y ensueño.
El ensueño solo bastaría
si son pocas las abejas.


Me Dueles – Jaime Sabines

Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.


La distraída – Pedro Salinas

Pero tu intención de ir
te llevó donde querías
lejos de aquí, donde estás
diciéndome:
«aquí estoy contigo, mira».
Y me señalas la ausencia


La ruptura – Rupi Kaur

no me fui porque
dejara de quererte
me fui porque cuanto más tiempo
me quedaba menos
me quería a mí misma

Homero – Zhivka Baltadzhieva

Hasta el dedo
que me quita la lágrima encendida
es suyo.
Se quema.
Y arde.
Y tanto me duele
que canto.
Para no sentir


El tiempo pasa – Emily Dickinson

El tiempo pasa.
Lo digo contenta a los que sufren.
Sobrevivirán. Hay un sol. Aunque ahora no lo crean.


El Remordimiento – Jorge Luis Borges

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.


Desamor – Rosario Castellano 

Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire
o de nada.

Y entonces supe: yo no estaba allí
ni en ninguna otra parte
ni había estado nunca ni estaría.

Y fui como el que muere en la epidemia,
sin identificar, y es arrojado
a la fosa común.


XXIX – Antonio Machado

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.


Tu voz habla amorosa – Fernando Pessoa

Ni hay felicidad falsa,
mientras dura es verdadera.
¿Qué importa lo que la verdad exalta
si soy feliz de esta manera?


Poemas Cortos de Amor

Si necesitas dedicar un poema de amor que no sea tan largo, acá tienes algunos que son perfectos para demostrar tu cariño.

Amo, amas – Rubén Darío

Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡Y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!


Contigo – Luis Cernuda

¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?
Mi gente eres tú.

El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.

¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?


Quién Alumbra – Alejandra Pizarnik

Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
 un fuego incesante.


Canción 1 – Javier Sologuren

No te aprendas la canción,
No te la aprendas;
Que esté contigo y te busque
cuando ella quiera.

Préstale oídos tan solo
que no lo sepa;
no la mires demasiado
no dejes señas.

Háblale de rato en rato
con voz muy queda,
como si ya sospecharas que no estuviera.

Nada le pidas ni tomes;
que vaya y venga
como la luz, como el aire
sin una letra.

No te aprendas la canción.
no te la aprendas;
Si quieres hacerla tuya
tal vez la pierdas


Desvelada – Gabriela Mistral

Como soy reina y fui mendiga, ahora
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, pálida, a cada hora:
«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»

Quisiera hacer las marchas sonriendo
y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?».


Experiencia Estética – Marcela Parra

Cuando tenía 7 años preguntó a sus padres:
-el perro que está ahí ¿es bonito o feo?
-feo.

Desde aquel día
ese pellejo carcomido
con su único diente
la acompañó a escondidas en el juego.

Su hocico le daba piedras y ella le daba pan.
Sentada en el baño a la edad de 23
el olor a Clorinda se lo trajo el recuerdo:
-bello.


El Enamorado – Jorge Luis Borges

Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.


Imitación de propercio – Ernesto Cardenal

Ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde que entré
igual que si hubieras estado sola
en un estadio vacío.


Rima XLVIII – Gustavo Adolfo Becquer

Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranqué;
aunque sentí al hacerlo que la vida
¡me arrancaba con él!


Rayuela cap.7 – Julio Cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca,
voy dibujándola como si saliera de mi mano,
como si por primera vez tu boca se entreabriera,
y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar
hago nacer cada vez la boca que deseo.


Poquitas cosas – Mario Benedetti

Pero no hay nada tan profundo y leve
 como el alma y el vértigo y los labios
 de esa mujer que al verla nos conmueve

 para ser alguien entre cielo y suelo
 y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo


Ayer te besé en los labios – Pedro Salinas

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.


La casa vacía – Manuel Scorza

Y a esta hora,
en el balcón, callada,
yo sé que tú también te mueres
y piensas en mí hasta ensangrentarte,
Yo también pienso en ti.
Óyeme donde estés:
por esta herida no sale sólo sangre: me salgo yo.


Como una sola flor – Juana de Ibarbourou

Lo quiero con la sangre, con el hueso,
con el ojo que mira y el aliento,
con la frente que inclina el pensamiento,
con este corazón caliente y preso,

y con el sueño fatalmente obseso
de este amor que me copa el sentimiento,
desde la breve risa hasta el lamento,
desde la herida bruja hasta su beso.


Sin Manos – Nizar Qabbani

No esperaba
cuando te besé, olvidarme los labios.
No esperaba
cuando te abracé, volver sin manos.


Presagios – Anónimo

En tu cara veo presagios
de un destino dulce.
Un susurro de sirena me llama a la orilla.


¿Cómo sujetar mi alma para – Rainer María Rilke

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!


Besos – Gabriela Mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.


Lo Más Natural – Amado Nervo

Me dejaste -como ibas de pasada-
lo más inmaterial que es tu mirada.

Yo te dejé -como iba tan de prisa-
lo más inmaterial, que es mi sonrisa.

Pero entre tu mirada y mi risueño
rostro quedó flotando el mismo sueño.


Irónico – Anónimo

Buscar y no encontrar
desgasta cualquier alma
y fue cuando no te buscaba
que empecé a mirar tus huellas
tan cercanas a mi caminar.